domingo, 25 de agosto de 2013

CAPITULO VII

La tarde de aquel día transcurrió tranquila. Alicia se quedo dormida en el sofá desde las cuatro de la tarde hasta las siete. Cuando despertó, subió a su habitación y empezó a hacer sus deberes del instituto. Cuando acaba va a cenar, mientras cena, empieza a pensar en todo lo que ha pasado hasta ahora. <<¿Que habrá sido de mi hermano?>> Se pregunta, y piensa en diferentes posibilidades, luego se levanta y va a su habitación, entonces recibe una llamada de teléfono.
-¿Hola?- pregunta ella, esperando respuesta.
-Hola Alicia, soy Ashya, ¿te acuerdas de mi, verdad?- se oye al otro lado, en tono de broma.
-No... la verdad es que no me acuerdo... ¿Quien eres?- se ríe ella, al poco rato deja de reír- bueno, ahora en serio. ¿Que quieres y como has conseguido mi teléfono?
-Iba a decirte que, como no me acordaba, mañana es lunes a si que el entrenamiento empezara después de las clases- dice Ashya al otro lado del teléfono, eludiendo la pregunta de Alicia respecto a como había conseguido su numero.
-Oh, es cierto... bueno, pues vale, pero no podríamos... no se, saltarnos las clases para entrenar. ¿Eso es mas importante, no?
-Si lo es, pero tampoco podemos faltar a clase, estamos obligados a ir, bueno, yo lo estoy, tu ahora ya no, como tus padres no están en casa no se darán cuenta. Bueno, pues hasta mañana-Ashya cuelga el teléfono y Alicia decide irse a dormir.
Cuando Alicia esta a punto de dormirse, escucha un golpe contra su ventana, se da la vuelta y la abre, mira abajo pero no ve a nadie ahí. Vuelve a acostarse, pero otra vez se escucha el mismo golpe de antes, solo que esta vez viene de la puerta trasera de abajo. Vuelve a mirar por la ventana, ya que desde ahí puede ver la puerta trasera, no hay nadie. Pero se da cuenta de que la puerta esta abierta. Se levanta y sale de su habitación, baja las escaleras hacia la puerta trasera y la cierra, busca por toda la casa por si ha entrado alguien, pero no encuentra a nadie, vuelve a su habitación, pero antes de llegar, a mitad de las escaleras, escucha que se rompe algo de cristal, un sonido proveniente de la cocina, va allí y ve en el suelo un vaso roto, lo limpia y, un poco asustada, mira a su alrededor, no ve a nadie.
<<Ha sido el viento...>> se dice a si misma, cerrado una de las ventanas que hay en la cocina, va al comedor y se sienta en el sofá para ver la televisión y intentar tranquilizarse un poco. Coge el mando de la televisión y la enciende, pero no hay señal. La apaga de nuevo y se levanta, vuelve a su habitación y se sienta enfrente de su escritorio para dibujar. Pasa así un rato hasta que esta cansada y se vuelve a la cama, antes de llegar a estirarse, ve una sombra pasando rápidamente por la puerta de su habitación. Se asusta y sale de nuevo de la habitación, corre hacia la puerta trasera y sale al bosque, mira la puerta y ve que esta se abre sola, pero no ve nada salir de ella, entonces se da cuenta de unos pasos que se pueden notar en las hojas caídas y la hierba que se dirigen hacia ella. Asustada, corre hacia dentro del bosque huyendo de los pasos que cada vez se acercan mas rápido a ella.
Se tropieza con una rama y cae al suelo, sigue huyendo a cuatro patas por el suelo, entonces una gran ráfaga de aire la tira hacia atrás, junto con el ser que la persigue, al cual se le cae una especie de capa y entonces se puede ver su cuerpo, es un ser parecido a los humanos, pero tiene la piel muy pálida casi blanca con las orejas en punta. El ser se acerca a Alicia y esta, sin poder retroceder mas por que esta de espalda contra un árbol, extiende sus manos hacia delante para protegerse, pero entonces, las ramas de los arboles se unen creando una red delante de ella, la cual evita que el ser pueda acercarse mas a ella. Alicia se asombra y aprovecha para levantarse y seguir huyendo, pero en cuanto se da la vuelta choca contra alguien.
-¿Estas bien?- pregunta una voz masculina que se le hacia conocida, solo que no la reconoce.
-Si...- le responde y le mira, al verle se da cuenta de que ha visto a ese chico en alguna parte, pero ahora no sabe donde.
-Vamos, hay que salir de aquí antes de que la barrera que has hecho se deshaga por los golpes del Shana- dice el chico, cogiéndola del brazo y tirando de ella hacia el final del bosque. Consiguen llegar casi hasta el final cuando se dan cuenta de que la barrera se ha roto y el ser que perseguía a Alicia vuelve a pasar- ¿Crees que podrías hacer otra barrera como la de antes?- le pregunta, mientras corren.
-No lo creo- dice Alicia, negando con la cabeza- antes no se como lo he hecho...
-Pues hay que ir a la ciudad, allí no podrá atacar, no creo que quiera ser descubierto- dice, y corre mas rápido hacia la ciudad, al poco rato llegan a la carretera, pero el ser aun les persigue.
Siguen corriendo, hasta que escuchan un grito detrás de ellos, se dan la vuelta y ven al ser que les perseguía rodeado de llamas de un ligero tono rojo y azul. Alicia, inevitablemente, sonrie. Desde la espalda del ser sale una espada que le atraviesa y sale por su estomago, entonces el ser desparece y se ve al causante de su desaparición: Ashya.
-¡Ashya!- grita Alicia, sorprendida y yendo hacia el.
-¿Estas bien?- le pregunta y ella asiente, se gira hacia el chico que había con ella- ¿Que haces tu aquí?
-Bueno, como tu no estabas, he tenido que venir yo a salvarla- dice, riendo un poco. Ashya tira de Alicia hacia el.
-No te acerques a ella, se tus intenciones, te conozco mejor que nadie- le dice amenazante y se va tirando de Alicia.
-Gracias...-dice ella, mirando al suelo un poco avergonzada.
-¿Por que?- le pregunta, distraído.
-Pues, nos has salvado... si no hubieras llegado, nosotros habríamos muerto.
-Ah... no es nada, tu hiciste mucho con crear aquella barrera de raíces- sonrie el- al final no va a ser tan complicado enseñarte a usar tus poderes- dice, y Alicia se ríe un poco.
-Ni siquiera se como lo hice...- responde Alicia, mirando al suelo, entonces Ashya saca sus alas y la carga a su espalda para llevarla a casa, durante el camino, Alicia se queda dormida y el la lleva a casa y la deja en su cama. Sale de la casa de ella para ir a la suya sin darse cuenta de que hay alguien dentro de la casa de Alicia que vigila todos sus movimientos.

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