martes, 15 de octubre de 2013

CAPITULO IX

-¿Como que hay alguien en mi casa?- pregunto Alicia, mirando a David.
-Si, y aquí, el señor listo- dijo el, refiriéndose a Ashya- no se ha dado cuenta de nada. Ya ves que no es apto para protegerte.
Ashya pasa de David y entra corriendo en casa de Alicia sin pararse a pensar que puede encontrarse dentro. Alicia y los otros le siguen, pero cuando entran, Ashya ya ha acabado de registrar toda la casa y esta apoyado contra la pared jadeando entre leves gruñidos.
-¿Ya te has rendido?- le pregunta David, sonriendo, Ashya le mira amenazante y le gruñe, como si estuviese avisándole de algo- se esta enfadando... Ya iba siendo hora, no?- dice.
Se acerca a Alicia, le pasa un brazo por el hombro y le susurra algo. Eso le provoca mucho mas enfado a Ashya. La expresión de Alicia muestra sorpresa y algo de terror respecto a lo que David le ha dicho, se separa de el y se acerca poco a poco a Ashya, como si temiera que pasara algo. Le mira con la misma expresión de terror, que poco a poco va pasando a ser una expresión de un profundo odio y enfado. Cierra los ojos y le caen lagrimas, luego cierra los puños y los aprieta. Pasa así un rato, no sabe si unos segundos o minutos, pero cuando vuelve a abrir los ojos, se da cuenta de que los brazos le tiemblan, se mira la palma de la mano y ve en ella las marcas de las uñas por tanto apretar. Vuelve a cerrar los ojos durante un rato, luego los abre con decisión, solo que aun llenos de lagrimas, mira a Ashya con una mirada completamente diferente a la de antes, como con... compasión, solo que Ashya no se da cuenta de lo que quiere decir. Alicia se gira hacia David y, aun con los brazos temblando, le da una fuerte bofetada que suena por toda la habitación. Marta y Ashya miran a Alicia con sorpresa. David se lleva la mano a la mejilla, roja del golpe, y mira a Alicia atónito. Ashya se tranquiliza un poco al ver eso.
-¡¿Se puede saber por que dices eso?! ¡Aunque fuera verdad, no me importaría, no inventes cosas que no son mentira, por que se perfectamente que el no es así! ¡No intentes que le tenga miedo, o que le odie, o que me enfade con el, por tus estúpidas razones! ¡Puede que os odiéis mutuamente y todo lo que queráis, pero a mi no me metáis de por medio para que tenga preferencia por uno o por otro!- le grito Alicia a David.
-Lo siento...- dijo David, avergonzado por la regañina de Alicia, ella se queda callada, temblando en cólera y rabia.
-¿No puede ser para tanto lo que te ha dicho, no?- pregunto Marta para romper el hielo. Alicia la miro de tal manera que hasta Ashya se asusto al verla.
Al rato, Alicia se ha tranquilizado un poco y mira a Ashya, se acerca a el y le tiende la mano, el se la coge y la mira. Deja de gruñir y entonces sonrie levemente.
-Centrémonos en el tema, encontrar a quien me vigila- dice Alica, sin enfado, pero seriamente. Todos asienten.
-He buscado por toda la casa, pero no he encontrado nada ni nadie que pudiera ser- dice Ashya, mirando a Alicia- ¿Tu sabes de algún sitio donde pueda estar?
-La verdad es que no...
-¿Tienes sótano?- pregunta Marta.
-Sí, tengo sótano, crees que podria estar ahí?
-Es muy posible, siempre han de estar en algún lugar central pero oscuro, y si hay sótano, es un lugar perfecto- dice Ashya, dándole la razón a marta.
-Pues vamos- dice David, al momento que habla, Alicia le mira amenazante.
Alicia comienza a caminar hacia una puerta que hay al lado de las escaleras que llevan al piso de arriba, la abre y se ven otras escaleras, solo que esas llevan abajo. Empieza a bajar, Ashya se pone delante y enciende una pequeña llama chasqueando los dedos, ya que no hay ninguna otra luz, cuando llegan abajo, abren otra puerta y entran a una amplia habitación, tan oscura que ni la llama de Ashya consigue iluminarla.
-Genial, no podemos ver nada- dijo Marta, mirando a su alrededor.
-¿Por que tiene que estar justo donde no hay luz?- se pregunto Alicia en voz alta. En cuanto pronuncio la palabra luz, toda la habitación se encendió con unas pequeñas llamas azules, dejando ver su interior.
En una pared de la habitación vieron a una niña, una pequeña niña que tendria unos 8 años de edad, de pelo corto y oscuro, de ojos azules. Con las piernas y los brazos fundidos con la pared, de modo que parecía formar parte de la pared misma, todos se sorprendieron al verla, ella estaba inconsciente, como si no supiera que esta allí, como si alguien la hubiera puesto allí y no estuviera ella por voluntad propia.

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